Sobre el salat

La cuarta charla de Abu Faruk sobre islam para nuevos musulmanes, impartida de 20 a 21,15 horas en Assalam, ha versado sobre el salat.
El salat es la columna del din, de la religión. Es lo que diferencia a un muslim de otro que no lo es. El musulmán, al morir, será preguntado en primer lugar por su salat, y si Allah subhana wa ta ala se lo ha aceptado, ese muslim irá al yanna, al Paraíso.
El salat, de importancia, así pues, primordial para el creyente, tiene su lugar (un espacio puro), su tiempo (horario concreto) y precisa un estado adecuado del cuerpo y de la mente. En efecto, para hacer el salat necesitamos tener wudu (ablución).
El wudu implica una vestimenta adecuada y un estado corporal correcto. Incluye acciones fard (obligatorias) y acciones de sunna (muy recomendables). En caso de no existir agua para hacer wudu, se puede hacer tayamun, pero este tipo de ablución con tierra limpia o con piedra es únicamente válida hasta que se encuentra agua y para un sólo salat.
El salat se realiza buscando la qibla (orientación hacia el Kaaba, en Makka) y precisa una niyya o intención previa así como la deseable kutsua (concentración mental). Cada salat tiene sus momentos especialmente adecuados para invocar y suplicar perdón (duaa y tawba).
Entre otras referencias al Quraan Karim y al hadiz del Profeta (saws), se nos ha referido que el shaytan hace tres nudos en el corazón del creyente a la noche cuando nos dormimos. El primero se desata al despertarnos y pronunciar inmediatamente la shahada. El segundo se desata al hacer wudu. El tercero se desata al hacer el salat. A partir de ese momento estamos protegidos y podemos iniciar la jornada con toda confianza.
Por último, señalar el gran valor que tiene el salat realizado en la mezquita en yamaa (en grupo). este salat vale por 27 salawat realizados a solas. Además, el muslim, muy especialmente en este país de Islam minoritario, se alimenta y se sosiega en la mezquita y con la compañía de sus hermanos y hermanas musulmanes.
Y Allah sabe más.